Denuncian una agresión homófoba en Granada: «Amenazó a uno de nosotros hasta tirarlo al suelo».

LaVozdelSur/L.Velázquez.- «Nos alejamos mientras el ‘gorila’ seguía gritándonos calle abajo: ¡Maricones, os voy a matar!», escribe una de las víctimas en redes sociales.

Un joven ha narrado en redes sociales cómo fueron agredidos por motivos homófobos este fin de semana en Granada. La víctima iba junto a cuatro amigos de recogida de una boda, cantando y festejando, cuando un hombre los atacó a grito de “maricones, os voy a matar”

“Íbamos los únicos 4 maricas de la boda de camino a un bar a las mil cantando y nos cruzamos con un energúmeno inmenso que se dio por aludido y que amenazó a uno de nosotros hasta tirarlo al suelo contra una pared”, comienza contando Carlos Rubio.


“Nos quedamos paralizados, atendimos a nuestro amigo y presenciamos cómo las dos chicas que acompañaban al puto gorila homófobo de mierda le suplicaban que parara. «¡Iros, por favor, perdonad!», nos decían a nosotros”, sigue contando.

Aunque eran más y podían defenderse, los jóvenes no hicieron nada. “Quiero creer que porque sabemos que eso nunca soluciona los conflictos, pero sinceramente creo que los motivos fueron otros dos: 1. Hemos pasado media vida sintiéndonos merecedores de violencia y rechazo. Y 2. La sociedad no nos ampara aún, ni protege”, explica.

“Lo primero que nos dijo una pareja heterosexual que presenció la agresión cuando nos alejamos mientras el gorila seguía gritándonos calle abajo ¡Maricones, os voy a matar!, empujado por sus amigas, fue: ‘¿Seguro que no le habéis dicho nada?’, sigue escribiendo indignado.

El joven recapacita sobre por qué no reaccionó a la agresión. “Desearía a veces, no haberlo hecho, sino haber aprovechado un momento de debilidad para arrojarle contra un bordillo y romperle los dientes a patadas, hacerle sentir el miedo que tantas sentimos por existir”.

“Porque nuestra pluma les repugna y violenta, nuestra manera de cantar, de bailar, de movernos y sabernos libres. Todo eso les rabia por envidia y por monstruos. ¿Cuántas barbaridades más tienen que pasar para que como sociedad castiguemos ese odio que queda impune? Sigo en shock”, zanja el joven.