Herederos de un banquero judío reclaman una obra de Van Gogh que los nazis le obligaron a vender

Infobae.- Se trata de una versión de “Los girasoles” que se encuentra en el Museo Sompo de Tokio. Los descendientes demandan más de 800 millones de euros por “daños punitivos”.

Los herederos del banquero judío Paul von Mendelssohn-Bartholdy reclaman como parte del expolio nazi la devolución de una versión de Los girasoles, que pintó Vincent van Gogh y que en 1987 se convirtió en la obra más cara de la historia del arte, cuando fue vendida a una empresa que la legó al Museo Sompo de Tokio, que ahora enfrenta esta demanda por la que los descendientes del empresario reclaman 800 millones de euros en concepto de daño punitivo.

La demanda judicial realizada en un juzgado estadounidense en nombre de más de 30 damnificados descendientes del banquero judío sorprende por ocurrir 35 años después de que la famosa obra de arte se vendiera en la casa Christies por un precio récord, mientras que Mendelssohn-Bartholdy, un coleccionista de arte de Alemania, tuvo la obra en sus manos hasta la década del 30. Los demandantes reclaman en un Tribunal del Distrito Norte de Illinois, Estados Unidos, más de 800 millones de euros por “daños punitivos”, y aseguran que se trató de una venta forzosa causada por la persecución régimen nazi a su propietario original, cosa que ahora deberá determinar la justicia.


La obra en discordia comprada por el banquero judío en 1910 pasó de sus manos a la galería Paul Rosenberg en París, en algún momento de la década del 30, aunque no se especifica el año: la consigna defendida por los herederos de Mendelssohn-Bartholdy es que la venta fue fruto de la coacción de los nazis a su propietario por ser judío (Hitler alcanzó el poder en Alemania en 1933). La clave del asunto sería demostrar si fue una venta forzosa, resultado de la persecución ejercida contra Paul von Mendelssohn-Bartholdy, y los problemas financieros que esto pudo ocasionarle.


Van Gogh pintó tres versiones de esta famosa pintura, una de sus más icónicas. La primera de ellas en 1888 y las otras dos, en 1889. Luego de la muerte del pintor, la primera versión fue adquirida por la National Gallery de Londres y el destino de las otras dos fue el Museo Van Gogh de Ámsterdam y el Museo de Arte de Sompo, respectivamente. Esta obra representa uno de los hitos de la historia del mercado del arte en las últimas décadas del siglo XX, ya que marcó una ruta desconcertante en ese momento, cuadriplicando los anteriores récords.

La obra llegó a Japón en la década del 80, cuando fue adquirida en 1987 por la compañía de seguros japonesa Yasuda por 39,9 millones de dólares en Christie’s, convirtiéndose en la obra más cara subastada hasta el momento. Esa venta marcó el inicio de un momento dorado para Van Gogh, en el que todos los récords en subasta de las siguientes casi dos décadas fueron para sus pinturas. Si se actualiza el resultado teniendo en cuenta la inflación, el monto de la venta de 1987 equivaldría a unos 100 millones de dólares actuales.

Con el tiempo, la compañía de seguros Yasuda pasó a formar parte de otra más grande, la aseguradora Sompo, donde actualmente se encuentra la obra en conflicto. ”Sompo rechaza categóricamente cualquier acusación de irregularidades y tiene la intención de defender enérgicamente sus derechos de propiedad en Los Girasoles, de Van Gogh”, declaró uno de los portavoces de la empresa en un comunicado.