La víctima del crimen de es Carnatge denunció ataques de encapuchados.

Diario de Mallorca.- La Policía no halló signos de homofobia, pero el fallecido aseguró antes de su muerte que «chavales» le solían tirar piedras al grito de «maricón».

La víctima del crimen de es Carnatge denunció con anterioridad una serie de ataques de encapuchados de corte homófobo. En concreto, Cristian Valverde, de origen cubano, aludió a «grupos de chavales encapuchados», que le solían tirar piedras al grito de «maricón».

En concreto, el fallecido se puso en contacto en varias ocasiones con la organización Ben Amics para denunciar la violencia que estaba sufriendo por culpa de su orientación sexual. Sin embargo nunca se atrevió a interponer una denuncia formal ante la Policía Nacional por estos hechos.

En este sentido, Jan Gómez, coordinador técnico de Ben Amics , aludió la situación de especial vulnerabilidad a la que estaba expuesta Valverde. «Era una persona sin hogar, migrante y homosexual», resaltó Gómez.

Sin embargo hasta el momento los investigadores del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional aseguran no haber encontrado indicios compatibles con un crimen de odio. Lo que sí han determinado las pesquisas practicadas por los investigadores es la existencia de una mano criminal. También que el asesino se tomó la molestia de tratar de aparentar que se trató de un accidente.

Las pesquisas policiales determinaron que el incendio de su chabola, hace un año, pretendía simular un accidente. La reconstrucción del crimen concluyó que este se habría cometido en otro lugar. La autopsia practicada al cadáver apreció en el cráneo de la víctima dos fuerte golpes propinados con un objeto contundente.

Cristian Valverde.

Cristian Valverde. L.M.

A continuación el asesino habría tratado de fabricar un escenario compatible con una muerte accidental. En este sentido, el fallecido fue colocado en la misma posición como si se encontrara durmiendo y un fuego, supuestamente fortuito, le hubiera sorprendido mientras dormía.

El cuerpo fue encontrado completamente carbonizado y la reconstrucción del crimen fue una tarea extremadamente laboriosa. Las primeras hipótesis apuntaban a que la mala combustión de una estufa podría haber sido la causante del fatal desenlace.

Sin embargo el informe forense tras la realización de la autopsia y la minuciosa investigación de la Policía Científica echaron por tierra la teoría inicial de una posible muerte accidental. Lo que no han conseguido determinar hasta el momento los agentes encargados del caso es el presunto componente homófobo del crimen.

El paraje donde fue encontrado el cadáver y donde residía Cristian Valverde era una zona boscosa frecuentada por los practicantes del ‘cruising’, encuentros sexuales al aire libre. Mayormente esta práctica suele ser desarrollada dentro del ambiento homosexual.

Investigación policial

La investigación en torno al crimen apuntó a un hombre de 32 años, residente en la zona , como el presunto autor del asesinato. Su presencia en coche en esa zona a horas intempestivas llamó la atención. Al ser interrogado el pasado martes en dependencias policiales, este individuo aseguró que conocía a la víctima. No obstante negó categóricamente que hubiera acabado con su vida. Una serie de indicios y su perfil despertaron sospechas a los agentes del Servicio de Análisis de la Conducta de la Policía Nacional.

Los agentes le pusieron el pasado viernes a disposición judicial, Durante su comparecencia, el detenido se mantuvo firme y negó taxativamente haber cometido el crimen. Pese a ello, el juez decretó su ingreso en prisión,