«Me siento feliz con mi religión»: la mujer que recibió insultos de una anciana de 88 años se defiende.

Cadena Ser.- La acusada deberá pagar 720 euros de multa por decirle frases como «aquí no tenéis que poner el velo; si lo queréis llevar, id a vuestro país».

La anciana de 88 años acusada de un delito de discriminación por despreciar a una joven en el Centro de Salud de Pravia por llevar puesto un velo en la cabeza ha reconocido los hechos ante juez y ha aceptado, en consecuencia, una multa de 720 euros y seis meses de inhabilitación. Inicialmente, la acusada, con dificultades de audición, se mostraba renuente a aceptar los hechos, pero, finalmente, por recomendación de su defensa aceptó la multa y la asunción de los costes judiciales, tras verbalizarse el acuerdo entre las partes.

El Juzgado de lo Penal número 2 de Avilés no llegó a celebrar el juicio contra esta anciana acusada de un delito de discriminación por despreciar a una chica en el Centro de Salud de Pravia por llevar velo, unos hechos por los que inicialmente afrontaba una petición de la Fiscalía de un año de cárcel. Los hechos ocurrieron el 21 de agosto de 2020, sobre las 12:10 horas en el Centro de Salud de Pravia, delante de varios testigos que en ese momento se encontraban en el ambulatorio.

Según el relato fiscal, la acusada, con intención de humillar a la víctima que se encontraba acompañada de otra joven, le dijo frases como: “Aquí no tenéis que poner el velo; si lo queréis llevar, id a vuestro país, en España solo había cuatro personas y sólo traéis líos, os están amenazando vuestros hombres o maridos para que no os quitéis el velo”.

La agredida, que ahora tiene 22 años, ha explicado que se encontraba esperando una cita médica cuando la mujer se dirigió a ella “con una falta de respeto” para decirle que no podía estar ahí con el velo porque lo hacía porque sus padres y familiares le obligaban a ello y que no tenía derecho a recibir atención sanitaria. “No pude responderla porque nosotros no podemos responder a nuestros mayores, nuestra religión no nos permite elevar la voz a nuestros mayores por respeto, tenemos que callarnos”, ha indicado la agredida. Finalmente, decidió presentar la denuncia porque la situación le dolió mucho y ha querido dejar claro que lleva el velo porque quiere: «No hay obligación, me siento orgullosa y feliz con mi religión, y me pongo el velo».Play/Pause

Lleva el velo desde que tenía un año y sigue la religión porque quiere -«a mí nadie me obliga»- y hubiese preferido recibir una disculpa de su agresora porque, de hecho, ni siquiera hubiera denunciado de haberse producido esa petición de perdón.