The Objective – Al menos dos de las mujeres españolas que viajaron a Siria para unirse a las filas del autoproclamado Estado Islámico, o acompañar a sus maridos yihadistas, han sido repatriadas a nuestro país y han sido detenidas.
Así lo ha adelantado El Mundo, que asegura que Yolanda Martínez y Luna Fernández, que hasta ahora estaban retenidas en el campo de prisioneros de Al Roj, localizado en la Gobernación siria de Hasaka, al noreste del país, llegaron este unes por la noche a la Base Aérea de Torrejón de Ardoz.
Fuentes próximas a la familia de las dos españolas han declarado al diario El Mundo que se desplazaron hasta la base militar sita en Madrid pero no se les permitió ver a las repatriadas. Ambas han sido detenidas y los menores quedarán bajo protección de los servicios sociales.
Yolanda Martínez tiene 4 hijos y Luna Fernández ha llegado a España con 9 niños, todos con edades comprendidas entre los 3 y los 15 años. Sus maridos formaban parte de la célula Al Andalus y viajaron a Siria para alistarse en las filas del Estado Islámico en Siria. El marido de Fernández murió en combate y el de Martínez permanece vivo en prisión.
La intención del Gobierno de Pedro Sánchez es repatriar a Lubna Miludi, otra española más que se encuentra en el campamento para prisioneros yihadistas de Al Hol, en Siria. También está pendiente la posible repatriación de Loubna Fares, aunque su situación es muy diferente. Esta mujer de nacionalidad marroquí pero viuda de un ciudadano español escapó en febrero de 2020 con sus tres hijos del campo de Al Hol y desde entonces se ignora su paradero.
Un funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores visitó antes del verano a españolas vinculadas con Estado Islámico que permanecen en los campamentos de refugiados en el norte de Siria con el fin de establecer las condiciones para su eventual repatriación a España, según confirmaron a Europa Press fuentes diplomáticas.
Dicho funcionario se desplazó a los campamentos de Al Hol y Al Roj para poder «entrevistarse con los ciudadanos españoles que se encontraban allí» y «establecer las condiciones para proceder a la repatriación, una vez que se cumplan las condiciones de seguridad para ello».
A pesar de que algunos países europeos ya habían hecho este tipo de repatriaciones, España no lo había hecho hasta ahora, lo que marca un antes y un después en el tratamiento las familias de combatientes yihadistas. Alemania, Bélgica, Suecia, Holanda, Finlandia, Italia, Irlanda o Noruega ya han repatriado, al menos parcialmente, a familiares de combatientes yihadistas. Además, en julio, Francia, el país con más ciudadanos internos en los campos bajo control kurdo, dio un giro a su política al repatriar a 16 mujeres y 35 menores.
La Justicia podría acusarlas de haberse instalado en un territorio extranjero controlado por una organización terrorista para colaborar con ella, un delito que es castigado por el Código Penal con hasta cinco años de cárcel. No obstante, las cuatro mujeres aseguran que viajaron en 2014 al Califato engañadas por sus maridos y que no combatieron ni participaron en acciones yihadistas. Asimismo, los tribunales tendrán que decidir sobre el futuro de sus hijos menores y si retira la custodia a sus madres, así como, posteriormente, monitorizar que los menores no han sido objeto de adoctrinamiento yihadista.
Inseguridad, insalubridad y hacinamiento: la vida en los campos de prisioneros en Siria
Estos campos de internamiento no están bajo control del Gobierno de Bashar Al Assad, son gestionados por la milicia kurdo-árabe FDS (Fuerzas Democráticas Sirias), desde que la zona fuera liberada del califato del Estado Islámico proclamado por Al Bagdadi en 2014 en Mosul (Irak).
La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) alertó hace apenas unos días sobre el destino «trágico» de miles de niños que viven sin acceso a la salud y sumidos en la violencia en el campamento de Al Hol. En un informe, MSF estimó que la coalición internacional antiyihadista y los países que tienen a ciudadanos detenidos en el noreste de Siria «faltaron a sus obligaciones» y llamó a que se cierre este campamento.
«Es una enorme prisión a cielo abierto, en la que la mayoría de los detenidos son niños, muchos de ellos nacidos en el campamento, privados de su infancia y condenados a estar expuestos a la violencia y la explotación, con un acceso limitado a la salud y sin esperanza», se lamentó la responsable de operaciones de MSF en Siria, Martine Flokstra.
Este campamento está administrado por los kurdos y alberga a unas 50.000 personas. Entre los detenidos en Al Hol hay más de 10.000 extranjeros, que están albergados en un sitio denominado ‘El anexo’. Los niños constituyen un 64% de la población y la mitad de ellos son menores de 12 años. En 2021, 79 menores perdieron la vida en este campamento, según MSF.