Esteban Ibarra (Movimiento contra la Intolerancia) lo advierte: «El discurso de odio se dispara entre los jóvenes».

Confilegal/Rosalina Moreno. – Pide a las instituciones que se tomen en serio la lucha contra el racismo, la xenofobia, el antisemitismo y toda forma de Intolerancia, porque va en aumento entre nuestra juventud, como evidencian todos los informes al respecto. Exige al Gobierno que impulse una estrategia integral y planes transversales frente a los delitos de odio.

«La última encuesta de la Fundación FAD Juventud, el informe del Ministerio del Interior sobre delitos de odio y el Informe Raxen de Movimiento contra la Intolerancia confirman el peligroso crecimiento del discurso de odio antiinmigración, antigitano, islamofobia y antisemitismo en España, especialmente en redes sociales, entre los jóvenes». Así lo advierte Esteban Ibarra, presidente de la asociación de derechos humanos Movimiento contra la Intolerancia, secretario general del Consejo de Víctimas de Delitos de Odio, y codirector del Observatorio de Violencia Política en Cataluña.

Una problemática que, según informa, se ha acrecentado con la pandemia, la crisis económica que atravesamos, y por la polarización social y política, «aunque ni los jóvenes ni España configuran un país racista».

Ibarra pone el foco en que «el sondeo del FAD, en línea con el resto de informes, arroja que el 25% de los encuestados tiene prejuicios y actitudes de intolerancia xenófoba, antigitana e islamófoba, y rechazo a la diversidad, lo que supone un caldo de cultivo para comportamientos peligrosos».

«Llama la atención que el 5% de jóvenes conteste sin rubor que ha insultado, se ha burlado o agredido por intolerancia. Por tanto, vulneración de derechos, lo que es, en la mayoría de los casos, un delito de odio», subraya el presidente de Movimiento contra la Intolerancia.

Según señala, los datos confirman que por la vía de las redes sociales y el discurso de odio, se usan hechos de toda índole, incluso dramáticos, que son explotados para alimentar la intolerancia al diferente.

Esteban Ibarra destaca que los resultados que arroja la encuesta de la Fundación FAD Juventud sobre percepciones y actitudes de racismo y xenofobia en los jóvenes de 15 a 29 años en España son congruentes con los del Informe Raxen y el informe de Interior sobre delitos de odio y «confirman la persistencia de un lento crecimiento en los últimos años de actitudes de intolerancia xenófoba, antigitana, islamófoba y antisemita», a las que «se suman la LGTBifobia, misoginia y el odio ideológico, como las más relevantes».

«También está creciendo en los últimos años el odio por motivo de edad (gerontofobia), por discapacidad (disfobia), la hispanofobia, por razón de enfermedad, el rechazo al pobre (aporofobia), y a los marginados (exclusión social)», apunta Ibarra, y pone el foco en que estas conductas se han llegado a saldar con crímenes de odio, como por ejemplo el del caso de Víctor Laínez, en Zaragoza, quien portaba unos tirantes con la bandera de España; el de Ely, de Valladolid, víctima de homofobia o Younes Bilal, joven marroquí asesinado por xenofobia en Murcia.

Movimiento contra la Intolerancia vuelve a reclamar al Gobierno y a los ejecutivos autonómicos y locales que se tomen «en serio» la lucha contra el racismo, la xenofobia, el antisemitismo y toda forma de intolerancia, y modifiquen su «actitud de indolencia». 

«Es necesario y de forma urgente que pongan en marcha una estrategia integral y planes transversales frente a esta lacra», sostiene el presidente de esta asociación que precisamente fue creada a raíz del asesinato de la dominicana Lucrecia Pérez, en el madrileño barrio de Aravaca, que fue «el primer crimen de odio racista en nuestro país», y del que el próximo 13 de noviembre se conmemorarán 30 años.

Tres décadas lleva reivindicando Esteban Ibarra «reformas legales, una mayor implicación de las instituciones, más sensibilidad de los medios de comunicación y fortalecer a las ONG que luchan contra el racismo y la intolerancia».

Respecto a los medios de comunicación pide que «los datos sean bien interpretados, sin sensacionalismo, con arreglo a conceptos bien tratados, y que consulten a los expertos antes de ofrecer titulares sobredimensionados que dan a entender que estamos en territorios habituales del Ku Klux Klan, y no es así, aunque el problema es real y hay que intervenir».

En este sentido, señala que en España «sólo existen, marginalmente, grupúsculos fundamentados en el racismo, ya sea biológico o cultural, que a corto plazo pueden desarrollarse desde ese caldo de cultivo que evidencia la encuesta, pero no tenemos un 25% de jóvenes racistas, como se ha llegado a publicar».

Sin embargo, insiste en que hay un «crecimiento de actitudes de intolerancia y de conductas de odio, incluso violentas, que resultan peligrosas».

Movimiento contra la Intolerancia hace hincapié en que los discursos de odio xenófobo, antigitano y de intolerancia asociada, «estigmatizan, promueven la confrontación, alientan el miedo, el rechazo y la animadversión hacia la diversidad, la excluye e impide su integración», y recalca que las instituciones no están combatiendo «a fondo» el problema.

Señala que en España se han aprobado normas y medidas, pero advierte de que muchas de ellas «tienen déficits de aplicación, están dispersas en distintos ámbitos y no están armonizadas», y que «estamos lejos de cumplir las recomendaciones al respecto de la propia Unión Europea, que en 2020 aprobó un Plan Antirracista y la Estrategia contra el Antisemitismo y viene reclamando su cumplimiento en los países que la integran».

Añade que tampoco hay avances en la protección universal de las víctimas de delitos de odio».

«Hay gestos políticos mediáticos y aquí nadie osa a declararse racista, aunque se evidencia una falta de compromiso con estos colectivos vulnerables, y ya vemos la falta de valores y de educación cívica de ese buena parte de los jóvenes, como refleja la última encuesta, y en especial la osadía y descaro de un 5% de jóvenes, que reconocen comportamientos agresivos de odio radicado en la intolerancia», apunta.