Niños de 11 a 14 años, autores de los gritos racistas en el partido de infantiles de Sant Vicenç de Castellet.

El Periódico.- El club y el ayuntamiento tratan de identificar a los menores para «proceder en consecuencia y con contundencia».

Los autores del lamentable episodio de racismo en un partido amistoso de infantiles entre el Sant Vicenç de Castellet y la Pirinaica de Manresa fueron niños de entre 11 a 14 años que estaban en la grada. Así lo ha revelado la directiva del Sant Vicenç en un nuevo comunicado en el que da cuenta de la información que han recabado tras investigar lo ocurrido en el partido jugado este pasado domingo 25 de septiembre, cuando a pocos minutos de acabar el encuentro (minuto 68 de partido) un grupo de espectadores increparon a un jugador de «color y origen latino» de la Pirinaica con gestos y gritos alusivos a un mono. El entrenador de la Pirinaica, Carles Rusca, procedió de forma inmediata a retirar a sus jugadores del campo y a dar el partido por suspendido.

«Los insultos procedieron de un pequeño grupo de jóvenes menores, de entre 11 y 14 años», asegura el club, que subraya que los gestos racistas «NO procedieron en ningún caso ni de los jugadores ni del equipo técnico local, ni de los padres de los jugadores locales». El comunicado precisa que algunos de los padres de Sant Vicenç reprobaron la actitud de estos menores.

La directiva del Sant Vicenç reitera la condena de los hechos, que califica de «intolerables y fuera de los valores» del club. «Seguiremos trabajando para que hechos intolerables pero aislados como este no vuelvan a repetirse», concluye el comunicado.

La reacción del entrenador de la Pirinaica

En declaraciones a Regió 7, el entrenador de la Pirinaica, Carles Rusca, explica que tras darse cuenta de que «un grupo de espectadores, mayoritariamente jóvenes, emitia sonidos y gestos de monos dirigidos a uno de nuestros futbolistas, de color y de origen latino, tomó una decisión con celeridad. «Consideré que no podía tolerar aquello y retiré al equipo del terreno de juego». Para Rusca, «esta era la mejor manera de proteger al jugador y mostrarle a él y a su familia, presente en las gradas, la solidaridad de todos los miembros del equipo».

La directiva de la Pirinaica ha valorado la rápida actuación de la del Sant Vicenç y su disposición a aclarar los hechos. De hecho, ambos clubs han manifestado su extrañeza por este episodio racista cuando ambos equipos tienen en sus filas jugadores de procedencias diversas. «En mi equipo hay futbolistas de origen magrebí. Uno de ellos estaba en el terreno de juego cuando se produjeron los hechos. Y en el equipo del Sant Vicenç también jugaban magrebís. Y en el amistoso anterior que jugaron los alevines, el Sant Vicenç alienó a dos jugadores de color», relata Rusca.

Propuesta de protocolo de actuación

En la misma línea, Xavier Plans i Reig, presidente del Sant Vicenç, ha lamentado que este episodio «manche la imagen de un club en el que un 30% de los jugadores tienen orígenes culturales diversos». Planas, que no estaba en el campo cuando ocurrieron los hechos, cree que los jóvenes autores de los gritos racistas podrían ser «ajenos al club».

Por su parte, Gerard Checa, presidente del FC Pirinaica, ha revelado que en conversaciones con Plans y con el delegado de la Federación Catalana de Fútbol (FCF) en el Bages, Berguedà i la Cerdanya, Esteve Olivella, «el club santvicentí ha planteado la necesidad de convocar una reunión con todos los clubes de la delegación para estudiar fórmulas para evitar que se produzcan actitudes racistas y para establecer protocolos de actuación efectivos en el caso que se produzcan episodios racistas».