Save the Children: Brutalidad policial en Europa traumatiza niños refugiados.

(EFE).- La brutalidad policial está en lo más alto de la larga lista de abusos que sufren los menores que cruzan por los Balcanes hacia Europa Occidental en su huida de la guerra y la miseria en sus países en Asia, según un informe de la ONG Save the Childen y la Universidad de Sarajevo.

«Según los testimonios de los niños, los policías fronterizos son los autores más habituales (de esos abusos), así como los traficantes en los que confían para cruzar las fronteras», resume el estudio, que acaba de publicarse bajo el explícito título de «Dondequiera que vayamos, alguien nos hace daño».

En ese estudio, 48 niños y jóvenes de entre 13 y 19 años, 30 de ellos viajando solos, dejan claro que la violencia y los abusos son parte integral y casi inevitable de su viaje, hasta el punto de que un tercio de ellos llega a pensar que nadie puede ayudarles.

«Los traumas que experimentan tienen efectos devastadores en su crecimiento, su desarrollo, su concepto de la vida, su confianza en las personas y en la posibilidad de seguir adelante», resume para Efe Dzenana Husremovic, psicóloga de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Sarajevo y jefa del equipo investigador.

Los testimonios fueron recogidos a finales de 2021 en centros de acogida en Bosnia, una de las escalas del viaje y desde donde muchos migrantes tratan de entrar a Croacia, ya en la Unión Europea.

En viajes que duran de media unos cuatro años, los niños «sufren torturas físicas brutales o son testigos de violencia física», explica la experta.

LA UE, RESPONSABLE DE LA VIOLENCIA

Especialmente traumáticos son sus intentos de cruzar las fronteras, donde sufren agresiones físicas y psíquicas, robos por parte de los agentes y devoluciones en caliente, prohibidas en la Unión Europea.

En sus conclusiones, Save the Children afirma que «las políticas de disuasión y contención priorizadas por la Unión Europea y los países de la ruta de los Balcanes son la causa de la violencia».

Entre los cruces fronterizos, la entrada a Croacia es denunciada como especialmente traumática.

Los menores andan kilómetros hasta la frontera, a través de bosques y terrenos escabrosos y de noche, para pasar inadvertidos.

«Cuando la Policía fronteriza los captura les privan de sus cosas, les dan palizas, les insultan. Muchas veces se ven forzados a regresar, otra vez a pie, sin ropa, alimentos, dinero ni teléfonos móviles, hasta los centros de acogida», dice Husremovic.

LES QUEMAN LOS ZAPATOS

«Nos dan tales palizas para provocarnos miedo y que a nadie se le ocurra volver», afirma Omid, de 17 años, uno de los menores que contó su experiencia a los investigadores.

Haris, de la misma edad, cuenta que un agente les quemó sus zapatos, bolsas y chaquetas y les obligó a correr mientras les golpeaba en la espalda.

Además de la Policía, el informe denuncia los abusos de los traficantes de personas y recoge testimonios que dicen que llegan a matar o dejar a los niños y adultos en condiciones en las que no pueden sobrevivir por ellos mismos.

CADÁVERES A LA VISTA

«Los cadáveres quedan a la vista de otros niños que viajan por la misma ruta», dice la ONG internacional.

«Viajábamos en una embarcación en la oscuridad para no ser vistos y para que no nos oyese la Policía. Un niño empezó a llorar y el traficante lo arrebató de los brazos de su madre y lo tiró al mar. Tiró al mar también a la madre, que quiso gritar. Nadie sabe qué ha pasado con ellos. Esta historia es la pura verdad», denuncia Sarina, de 19 años.

VIOLENCIA SEXUAL

Aunque ninguno de los niños que dieron sus testimonio para este estudio admitió haber sufrido violencia sexual, dos tercios de ellos sí afirmaron haber visto u oído como los contrabandistas ofrecían dinero o pasar la frontera gratis a cambio de sexo.

«Suelen amenazar a los niños durante el viaje diciendo ‘no te dejaré entrar en el coche si no tienes sexo conmigo’», declara Ali, de 16 años.

Amin, de la misma edad, asegura que ha habido niños que ha llegado a tirarse de puentes para suicidarse por pura «desesperación».

Según Save the Children, los niños suponen un tercio de todos los refugiados y migrantes que llegan a Europa.

Muchos vienen huyendo de conflictos en países de Asia, como Siria o Afganistán, a través de una ruta que cruza países como Turquía, Macedonia del Norte, Serbia y Bosnia, pero también Grecia, Bulgaria y Croacia, miembros de la Unión Europea, en dirección a naciones más ricas de Europa Occidental.