Una periodista pone la zancadilla y da patadas a refugiados en Hungría

Las escenas difundidas de una periodista húngara golpeando y zancadilleando a los refugiados que escapaban del cordón policial para introducirse en Hungría han escandalizado a los medios del país sin excepción. La prensa es hoy muy crítica contra la periodista, que fue inmediatamente despedida en la tarde del martes por la cadena de televisión N1TV. Esta cadena es prácticamente marginal. Extraoficialmente es conocida como la cadena de Jobbik, el partido de extrema derecha que apoya al gobierno del primer ministro conservador Viktor Orbán. En la empresa de comunicación dan por terminada la polémica con el fulminante despido: «Los colegas de la periodista de N1TV consideran inaceptable lo ocurrido en Röszke. La periodista fue despedida con carácter inmediatos», ha escrito en su comunicado el editor Szabolcs Kisber.

La vergonzosa escena tuvo lugar el martes en la frontera húngara con Serbia, a la altura de Röszke, principal paso hacia el espacio Schengen utilizado en esta crisis migratoria por los miles de refugiados que intentan llegar a Austria o Alemania. La reportera la cadena N1TV, que incluso abate a un migrante que lleva en brazos a un niño, como se ve claramente en el vídeo que ha dado la vuelta al mundo, se llama Petra Laszlo, según informa el portal 444.hu, citado por Reuters.

Zancadilla

Dos partidos minoritarios de la oposición han denunciado a la periodista ante la justicia. Se trata de la Coalición Democrática, liderada por Ferenc Gyurcsány, que fue primer ministro entre 2004 y 2009, un partido que procede de una escisión de los socialistas. El otro partido que se ha personado contra la periodista es Diálogo por Hungría, también de izquierda, pero igualmente con escasa representación en el parlamento húngaro.

El 66% de la población húngara percibe a los refugiados como una amenaza para la estabilidad de su país. Miles de ciudadanos, sin embargo, se están volcando con ellos durante esta crisis, movilizándose en su ayuda, a pesar del rechazo explícito que manifiesta el Gobierno hacia lo que considera una invasión.
El País Internacional