TheObjective/Fran Serrato.- Desde la Cámara Alta aseguran que la ceremonia celebrada en enero estuvo organizada por el Centro Sefarad-Israel y rechazan cualquier responsabilidad.
Primo Levi lo llamó el deber de memoria. El escritor italiano de origen judío, uno de los supervivientes más célebres del Holocausto, estaba convencido de la concepción heroica de la historia. Para los familiares de las víctimas españolas tanto el franquismo como la democracia han intentado «ocultar y olvidar» lo sucedido en la Alemania nazi. Triángulo azul ha enviado una carta al presidente del Senado, Ander Gil, para quejarse de su exclusión en el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto. Fuentes de la Cámara Alta aclaran que el acto fue organizado por el Centro Sefarad y rechazan cualquier responsabilidad.
El acto en memoria de las víctimas del Holocausto tuvo lugar el 27 de enero en el Antiguo Salón de Sesiones del Senado. El maestro de ceremonias fue Jaime Moreno Bau, director general del Centro Sefarad. Asistieron Isaac Benzaquen, presidente de la Federación de Comunidades Judías de España; Diego Luis Fernández, director del Instituto de Cultura Gitana; Concepción Díaz Berzosa, vicepresidenta de Amical; y Roberta Metsola, presidenta del Parlamento Europeo.
Triángulo azul, formado por los descendientes de las víctimas españolas del Holocausto, en su mayoría republicanos, no fue invitado a la ceremonia. La decisión disgustó a sus miembros. Este grupo de trabajo incluido en la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) envió el 8 de febrero una carta a Gil para trasladarle su malestar, que ya habían mostrado a través de las redes sociales.
La memoria del Holocausto
Fuentes del Senado indican que la misiva nunca llegó, así que la han vuelto a enviar este miércoles. «Es un despropósito hacia la memoria de nuestros deportados», sostiene la organización en el documento, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE. Horas más tarde han recibido un email para convocarles a una reunión, otra de las demandas de Triángulo azul.
Entre 1940 y 1945 más de 9.300 republicanos españoles fueron enviados a campos de concentración nazis. Más de la mitad murieron, la mayoría en Gusen, que sigue siendo «un agujero negro» en la historia. Un portavoz de la Cámara Alta asegura que el acto de memoria se celebra cada año, pero que es ajeno a esta institución.
«Siempre lo organiza el Centro Sefarad junto a la Comunidad Judía de Madrid. El Senado solo acoge el acto, como acoge muchos otros. El presidente no es quien invita; él mismo es un invitado», afirma un portavoz gubernamental. Una versión que secunda un representante del centro, que se excusa en contar con «un espacio reducido».
Entre los invitados habituales se encuentran las organizaciones «más representativas», entre ellas Amical, fundada por supervivientes de los campos de concentración, y la Fundación del Secretariado Gitano. También asisten los senadores y los Justos entre las Naciones, una expresión con la que los judíos reconocen la labor de los extranjeros que les defendieron durante el Holocausto. Este año también participaron los ministros Félix Bolaños y Pilar Llop.
Las quejas de las familiares de los deportados españoles no se circunscriben a la ceremonia del 27 de enero. «Existe un profundo malestar con todas las instituciones. Realizan actos de cara a la galería, pero en el fondo hay un ninguneo a las víctimas, que no están representadas», lamenta Enrique Pastor, portavoz de Triángulo azul.
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Fran Serrato
Pastor es nieto de Francisco López García, alías El Sopas, un herrero republicano que nació en Almansa (Albacete) y que fue asesinado en el campo de concentración de Gusen, ubicado en Austria, el 18 de noviembre de 1941. En su opinión, el Estado sigue sin asumir «la responsabilidad que le toca, ya que existen pruebas de colaboración entre el gobierno franquista y los nazis».
«Alemania y Francia han indemnizado a las víctimas del Holocausto. Nosotros no lo pedimos. Lo que queremos es que el Estado reconozca su responsabilidad porque sigue siendo una afrenta», insiste Pastor. También lamenta que siga sin resolverse el censo de deportados, a pesar de los diferentes trabajos publicados, algunos de ellos con la cobertura del Gobierno español.
El monumento de Madrid
Triángulo azul también pide al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que «corrija» la placa del monumento a las víctimas españolas del Holocausto inaugurado la semana pasada. El texto explicativo reza que el homenaje ha sido erigido «en recuerdo y homenaje a los madrileños exiliados al final de la Guerra Civil».
Para los descendientes de los republicanos esta fórmula «oculta la identidad republicana de quienes fueron deportados a los campos de concentración de la Alemania nazi por petición de las autoridades franquistas». La ARMH explica en una nota que los nazis no buscaban «a cualquier madrileño» para trasladarlo a estos puntos de internamiento, sino que el objetivo eran aquellos que «habían combatido y rechazado el golpe de Estado de 1936».